Cuando estoy contigo, solo deseo que seamos tu y yo. Y nadie más. Tus labios me imploran que los bese y eso es lo que hago, contigo es difícil controlarme. Deseo morder tus labios, pero se que si lo hago voy a lastimarte. Amo que me escribas cosas tan hermosas, cada que leo algún escrito tuyo me sonrojo y la felicidad me embriaga mas que una botella de tequila. Desde el momento en que llegaste mi vida simplemente dejo de ser mía, ahora es solo tuya. Antes me decía adicta al alcohol y al cigarro, pero ahora tu eres mi nueva gran adicción. Te amo mas que a las panditas rojas y al arizona sabor té verde. Gracias por haber llegado a mi vida y recuerda lo que te he dedicado de mi buen amigo Ludwig Van Beethoven:
Mis pensamientos están contigo, mi amado inmortal. Sólo contigo puedo vivir plenamente o no vivir.
Calma mi vida, mi ser. Sólo considerando con calma nuestra existencia podremos lograr nuestro propósito de vivir juntos.
Sigue amándome, nunca juzgues el leal corazón de tu amada.
Siempre tuyo.
Siempre mio.
Siempre nuestro.
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